Luciana Guschmer: sueños con intención, alma y trabajo

Luciana Guschmer © Equipo INHAUS

“Pocas personas conocen a la Lu de verdad, la que soy fuera de redes. Y vale mucho más de lo que puedan decir mil personas sentadas con un micrófono, o un mensaje de 27 minutos.”

Hay historias que se sienten más allá de las palabras. La de Luciana Guschmer es una de ellas. Desde pequeña tuvo claro qué quería hacer con su vida, y no por casualidad: “Eso vino conmigo, es algo que ya estaba en mí”. Lo dice sin pretensiones, con la calma de quien ha aprendido a confiar en su energía, su trabajo y en el valor de habitar su propósito. 

Este artículo nace gracias a Coffee in the Haus, un espacio íntimo donde la conversación cobra profundidad y las historias se vuelven puente. En esta charla, Luciana Guschmer abrió las puertas de su mundo interior para compartir no sólo lo que la impulsa, sino también cómo ha aprendido a sostenerse emocionalmente mientras construye su camino. Entre risas, confesiones y verdades sin adornos, nos invita a mirar más allá del personaje digital para descubrir a la mujer que honra su intuición, se abraza en sus procesos y elige crecer desde su autenticidad.

Yo ya lo sabía

C: ¿A qué edad supiste que podías alcanzar lo que soñabas?

L: Desde que tenía seis años ya sabía qué iba a hacer de mi vida… muchas cosas que he vivido las deseaba tanto desde el subconsciente.

Luciana no duda cuando recuerda ese momento. Lo que para muchos es un descubrimiento que llega con los años, para ella fue una certeza temprana: no fue una decisión racional, sino un reconocimiento interno. Ese camino no lo inventó, simplemente lo reconoció. Emergió desde su energía y se fortaleció con esfuerzo.

Aunque cree en el poder de manifestar y visualizar, sabe que eso no basta.
“Creo en manifestar, pero también creo en accionar. Los sueños no se cumplen solos”, afirma con convicción.

Esa certeza infantil fue solo el inicio. Con el tiempo, sus sueños tomaron nuevas formas, y aunque el camino no siempre fue lineal, Luciana nunca dejó de perseguir aquello que le hacía sentido. Su esencia, siempre presente, se convirtió en brújula incluso en los momentos más inciertos.

C: ¿Qué no puede olvidar alguien que quiere entrar en este mundo de visibilidad y proyectos propios?
L: La esencia. Yo creo que es súper fácil estar desde el otro lado de la pantalla, juzgar y opinar… pero uno tiene que mantenerse verdadero con uno mismo. Eso es lo que te sostiene.

Desde niña, Luciana soñaba con ser actriz. En especial, con hacer teatro musical. Era un deseo profundo, aunque pocos lo sabían. La vida la llevó por otros caminos —como el diseño de moda— y por momentos pensó que ese sueño ya no tendría espacio en su vida. Pero el universo, como ella misma dice, “trabaja de maneras misteriosas, agregándole mucho trabajo y esfuerzo”.

Cuando finalmente debutó en teatro, lo hizo en medio de críticas y juicios que la etiquetaban como “influencer” antes que como artista. A pesar de eso, se mantuvo firme: conectada con su esencia y convencida de que ese escenario sí le pertenecía.

Instagram Luciana Guschmer

Ser figura pública en Ecuador no es fácil

Ser figura pública suena como un sueño, pero no siempre lo es. La exposición constante, las opiniones ajenas y la falta de privacidad han sido parte del precio que Luciana ha tenido que pagar. Lo que muchos idealizan, ella lo ha vivido con profundidad, y no siempre con facilidad.

C: ¿Cuáles han sido los desafíos más duros de vivir con tanta exposición? A veces se idealiza ese mundo, pero ¿cuánto cuesta realmente?
L: Creo que la falta de privacidad siempre la voy a extrañar. No he podido recuperar por completo mi paz. Hace tiempo vengo trabajando en eso, no solamente en terapia sino en actos del día a día… pero algo que a mí realmente me ha ayudado un montón fue aprender de mis errores.

Para Luciana, sostenerse en medio del ruido ha significado un trabajo interno constante. Aprender de los errores, sanar en silencio y reconstruirse ha sido parte esencial del camino que pocos ven, pero que marca profundamente.

Ella reconoce que su camino ha estado lleno de momentos complejos. Uno de los más difíciles llegó en diciembre de 2024, tras un episodio viral que la puso en el centro de la crítica pública. Venía saliendo de MasterChef Celebrity, una experiencia que la catapultó a una visibilidad enorme, para la cual, como ella misma admite, no se sentía preparada.

Aunque creció con una buena educación y sólidos valores, confiesa que no hay manual para ser figura pública, especialmente en un entorno como el ecuatoriano.

Luciana aprendió a sostener su identidad cuando otros intentaban definirla, y a reencontrarse con su verdad aun cuando el entorno parecía querer arrebatársela.

“Pocas personas conocen a la Lu de verdad, la que soy fuera de redes. Y vale mucho más de lo que puedan decir mil personas sentadas con un micrófono, o un mensaje de 27 minutos.”

 

Volver al centro

A veces, las personas creen saber quién eres solo por lo que ven o escuchan. Pero Luciana ha aprendido que, cuando todo afuera se distorsiona, lo más valioso es volver a lo que realmente la define.

C: ¿Qué pasa cuando las personas se atribuyen quién eres o lo que piensas?
L: Dentro de nosotros tenemos todo… nuestras raíces, nuestra esencia, nuestra familia. A veces solo hay que reconectar y abrazarnos. Volver al centro.

Luciana ha aprendido a estar en paz, incluso cuando no puede defenderse. Y no ha sido fácil. Uno de los desafíos más grandes de su camino ha sido aceptar que no necesita probarle nada a nadie. “Es lo que más me ha costado: quedarme callada”, dice con honestidad.

Siempre se la juzgó desde el privilegio. Pero detrás de su trayectoria hay esfuerzo, disciplina y una historia familiar marcada por el trabajo constante. “Mis papás son personas tan trabajadoras… yo siempre he sido emprendedora. Me encanta hacer cosas, moverme”, afirma.

Hoy, Luciana entiende que no todo se responde, no todo se aclara y no todo se explica. A veces, el acto más valiente es guardar silencio, sostenerse desde dentro y seguir adelante con la certeza de quién se es. En ese espacio íntimo, donde nadie opina y todo se siente, encontró su verdadero poder: el de reconocerse a sí misma sin necesidad de que otros lo hagan.

Luciana Guschmer Musical "Matilda"

El corazón en Ecuador

No es solo su país, es su raíz, su impulso y su mayor inspiración. En medio de tantos viajes y experiencias, ha redescubierto lo que significa pertenecer, valorar lo propio y querer levantar la voz por todo lo que este lugar tiene para ofrecer.

C: ¿Qué significa Ecuador para ti?
L: Me hacen esta pregunta en el momento indicado… hasta me dieron ganas de llorar.

Luciana no lo duda: es fan declarada del país que la vio crecer. Este año ha logrado conectar más que nunca con su tierra y siente un impulso fuerte de compartir esa admiración con el mundo. 

Rechaza la idea de que lo bueno siempre está fuera. Asegura que muchas personas siguen prefiriendo hacer turismo en el exterior antes que explorar Galápagos, Olón, Ayampe o Manabí. “Solo con manejar por la carretera hacia Cuenca ya es mágico”, afirma.

Para Luciana, Ecuador no solo es paisaje o gastronomía —que para ella está en el top 3 mundial—, es identidad, riqueza y una belleza que aún está despegando. “Tenemos más de lo que creemos para dar.”

Luciana Guschmer en Master Chef Celebrity Ecuador

Escuchar al niño interior

Escucharse a uno mismo no siempre es fácil, pero puede ser el acto más transformador. Luciana ha encontrado en su niña interior una brújula: esa voz suave pero firme que le recuerda quién es, qué sueña y qué merece. Volver a ella es volver a su verdad más pura.

C: Con todo lo que has vivido, ¿qué le dirías a las nuevas generaciones que te admiran?
L: Yo tengo a mi niña interior súper viva… ella ha sido mi guía en tantas cosas.

Luciana cree que su versión más pequeña, la de cinco, siete o diez años, era sabia. Y aunque no lo entendía entonces, ahora puede ver cuánto le enseñó esa pequeña Luciana. Esa conexión con su niña interior es lo que la mantiene auténtica, sensible y consciente de lo que quiere.

Para ella, el camino no está en encajar, sino en adaptarse sin perderse.
“Sean versátiles, sean camaleónicos, pero no intenten encajar donde no se sientan ustedes mismos”, aconseja.

Luciana Guschmer

Donde habita lo esencial

A lo largo de su camino, Luciana ha dejado atrás la necesidad de ser aprobada para abrazar la calma de ser ella misma. Entendió que el verdadero valor no se encuentra en lo visible, sino en lo que se sostiene en silencio, en la lealtad hacia uno mismo cuando nadie aplaude.

Hoy, más que una figura pública, es un espejo para quienes se atreven a sentir, a sanar y a mostrarse con verdad. Habla desde las heridas, pero también desde las cicatrices que han cerrado con amor propio. 

Representa a una generación que ya no quiere perfección, sino verdad. Que sabe que hablar de emociones es un acto de fortaleza, y que elegir el centro —ese lugar íntimo donde habita lo esencial— es un gesto de revolución silenciosa.

Más que influir, Luciana ilumina. No desde el personaje, sino desde la persona. No desde la prisa, sino desde la conciencia. Desde ahí, su historia no solo se escucha: se siente. Y, para muchos, también inspira el valor de volver a sí mismos.

Porque hay historias que no nacen para impresionar, sino para despertar.

Luciana Guschmer © Equipo INHAUS
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